(A mi querida amiga Alma al Aire)
A mi leal entender
lo que la niña sugiere
-y sutilmente requiere-
es que le acerque unos versos,
de aquellos que andan dispersos
donde el cardo floreciere.
Y como es del interior,
mezcla de campo y ciudad,
voy a cantar la verdad
abrazado a mi guitarra,
poniéndole mucha garra
sin ninguna falsedad.
Yo no soy un buen poeta
pero hasta un bruto se inspira
si de pronto a usted la mira,
porque es un sol su sonrisa
y en cada calle que pisa
hay un hombre que suspira.
Se lo digo con respeto,
como humilde payador
que no hay un canto mejor
que su canto de alegría,
es que es toda simpatía
y linda como una flor.
Por aquí voy terminando,
espero le haya gustado
mi canto desafinado
y si quiere otro versito
la espero en algún barcito
por San Martín y Donado.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.