Con claridad intermintente,
tenues como desvanecidas,
debaten su existir,
aquellas candilejas.
Como a punto de languidecer,
en agonía infinita,
con influencia de la brisa,
se agigantan,
se vuelven chiquitas,
luchando por subsistir.
Sin embargo a la distancia,
parecen renovadas,
en danza alocada
que las hacen revivir.
Candilejas,
se tornan niñas o viejas
según de donde venga la brisa,
o la vista de quién las contempla.