yoel alejandro

La heredad de un poeta ciego

Nada tengo, solo el lodazal de peces corrompidos,

el árbol sin hojas,

la primavera en el otoño del odio,

los pájaros corruptores de la carne

las mentiras de los tubos de pantalla.

Nada tengo y tengo toda la sangre pegada en la cara,

la sangre de mis días/cadáveres,

aplastados en el gusano de la calle.

Nada tengo,oh la botella!,

la vacía botella que derramé directo en mi hígado,

para desintoxicarme de la obscena comedia de mi vida,

nada tengo,

la muerte asegura mi putrefacción en algún lugar...

... olvidado y carcomido por los buitres.

Tengo el hambre,el sex-cash,

una casa habitada por las gárgolas del hombre,

una madre caminando hacia el árbol hasta secarse

en la falsedad del tiempo.

Ya no tengo el amor en versos,

ni mis pobres poemas siendo devorados

en el mar recurrente.

Nada tengo y me visto de hipócrita

para saborearle la espalda a la felicidad.