Caí sobre un manto
De hojas secas,
Que sin embargo parecían
Tus brazos curando mi pena.
Trate de dormitar en la seguridad
Que dentro de este mundo sentía,
Y tratar de soñar largo tiempo
Acerca de tu vida y la mía.
Me desperté desorientada,
Porque sabía que no eras vos,
Sabía que ya no volverías,
Sabía que no era tu voz.
Muy pronto llego la realidad,
Y con ella la vida,
Que combinación peligrosa
Cuando ya no tienes huida.
Las cosas simples ya no me entretienen
Y todos los lugares en los que estoy
Me recuerdan tu voz, tu cariño, tu sonrisa,
Tu mirada suave y tu inmenso amor.
Caí sobre un colchón de plumas,
Pero no se siente tan bien
Como abrazarte cada noche
Y solo así estar bien.
Sin embargo este no es el fin,
Porque estoy tratando de volver,
De olvidarme de vos, de seguir,
De llegar a ser lo que siempre soñé;
De buscar mí camino,
De tratar de correr,
De ser yo misma,
De serlo otra vez.
Y en algún lugar lejano,
Como un tesoro enterrado,
Dejarte perdido,
Soltar, por fin, tu mano.