Temblaba mi cuerpo con notas de tu voz
vibrando complacida entre tus brazos;
momentos en que te estuve sintiendo,
refugiada en tu lecho, tú seducido por los sueños,
satisfaciendo mis anhelos y sepultando tus deseos.
Silentes quedaron las palabras,
ante caminos de agua en los campos
y lamentos prófugos,
sin plegarias queriendo provocarlas.
Las voces se reservaron al vacío
incitando a un último beso
a un último momento entre dos
para amarse bajo un mismo cielo.
Si pudiera las noches hacerlas mañanas
teniendo ocasos y albas por eternidad
sofocando el temor a lo que no ven tus ojos,
despiertes si te memorizo mientras duermes,
sientas mis manos deslizarse a su antojo,
sin nostalgia porque se despide mi alma.
Ella junto a ti vuelve.
Mi alma junto a ti...¡por siempre!