Sentada estás a la vera del río
Gozando silenciosa
Del glamoroso y fascinante estío
¡Oh, imagen prodigiosa!
Que a mi rica imaginación invita
A darte, niña hermosa,
Una dalia y una blanca margarita
Para que sus pètalos de amor
Cual barca apresurada
Deje en la mar su carga de fulgor
Silente, imaginada.