Tinta de Sangre

Después de todo

Es preciso el cielo para tu piel,

escribo rodeado de fantasmas que

la distancia no distingue,

me desvisto y mi desnudez

es el silencio del espacio de tu boca,

me provoca darle paso a la noche y esperarte,

y hacer el amor contigo,

tú, deslizándote en mis grietas,

yo, ¡tan pronto y tan largo es mi deseo!

 

Mi cuerpo termina en tu cuerpo,

la belleza de ti despierta cuando mis besos son un lugar,

y nuestras sombras se vuelven amantes,

un insomnio suave de ligera inclinación.

 

En palabras de fuego desemboco en tu corazón,

mis letras son de agua,

me descubro al descubrir tus brazos

y la lluvia de tu cabello amaneciendo en mí,

y tu ropa mi raíz,

y nuestras caricias hasta ser sólo tú y sólo yo,

 

tú y yo, ¡siempre debimos amarnos!,

con una pasión erizada,

entregando en cada mirada nuestro alma,

enseñando los pasos hasta llegar a ti,

hasta llegar a mí,

sin nada esperar pero hallando todo lo que estábamos buscando,

una simple rosa,

una sola gota azul,

una verdad que nos atraviese.

 

Tu voz, sólo tu voz escucho cuando me tocas,

mi razón y mi amor están desnudos en tus sueños,

¡nunca sabré quien soy hasta no quedarme en ti!,

porque te pienso, después de todo.

 

¡Soy tantos sin haber sido ninguno!,

un árbol vuelto poema,

una vida de a ratos y sin embargo,

un anhelo profundo y prolongado,

¡si estuvieras aquí!,

¡si poco me importaran las mentiras, aunque piadosas!,

 

porque te amo y sé que me amas,

porque sueltas, las mariposas,

después de todo.

 

T de S

MRGC