El bandoneón dice, susurra algo
de punta en blanco, agridulce y filoso,
suena elegante y huele como tango.
Es en invierno, fumo y estoy solo
sostengo una taza y ella al café,
da esta noche un giro, grande y armónico
sé que de lo ordinario me cansé,
me aguarda el abismo más grato y sólido
la soledad me regala caricias,
célebres, famosas; las de siempre,
que dan por igual, magias y desidias,
llamas y hielos, la vida y la muerte
los ojos me demandan su descanso,
este día hace propio un funeral,
con desasosiego al sueño me marcho
y aplazado, volver vuelve a quedar