En lances de frases derrochadas,
lejano queda el entendimiento,
frió y malogrado sentimiento,
como de buenas voluntades malgastadas.
Mutua comprensión ahuyenta el frió,
que viene con las palabras en duelo,
como almas que huyen del desconsuelo,
de dos egos en continuo desafío.
Como un pacto de dominio compartido,
en el que mis versos gobiernan tu raciocinio,
y mis manos dependen del auxilio,
de tu tacto a pétalos parecido.
Pero se rinden los ejércitos de mi reflexión,
a la disposición táctica de tus ideas,
asumiendo que los deseos que deseas,
franquean mis sentidos y se adueñan de mi razón.
Siempre dispuesto a delinquir en tu cuerpo,
amen de los placeres prohibidos,
llevando hasta el limite los sentidos,
sedientos de deseo como de agua el desierto.
Porque de mis ojos tu eres la obsesión,
que solo tienen miradas para verte,
y solo guarda querer para quererte,
la despensa de mi pobre corazón.