Recuerdo cuando contigo conocí el amor,
en ese momento me ahogaba en el dolor,
consumía a borbollones licor,
no me importaba nada a mi alrededor.
Contigo aprendí a estar de buen humor,
ya que vivía agrio y de malhumor;
por eso te quiero como mi tesoro,
aunque más valioso que el mismo oro.
Recuerdo cuando contigo conocí el color
en aquellas tormentas de desesperación,
en donde me olvidaba de todo y de mi
y solo me importaba el licor.
Contigo aprendí a conocer la lealtad,
ya que el vagabundear era mi sinónimo,
así huía de mi mala soledad,
y ahora tu amor es mi esgrimo.
Recuerdo cuando contigo conocí el sabor,
porque vivía en un sinsabor,
me había hundido en la melancolía,
de la oscuridad en la maldad día tras día.
Contigo aprendí a predicar,
a dar ejemplo y amar de verdad.
Yo, ese hombre pica flor,
ahora solo estoy para darte amor.
Recuerdo cuando contigo conocí la alegría,
que empezó de mi interior amargado,
donde el sufrimiento era demasiado.
Y sin ti quien sabe dónde yo estaría
Contigo aprendí a limpiar mi casa
empezando por mi alma,
a organizar hasta mi cama.
Y mi corazón siempre te ama.
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Autor: Millón Durango
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