Mi alma transmigra por esta tierra
buscando ocasos que no lastimen.
Miro mis manos que han olvidado
las caricias que alguna vez
brindé a mi madre.
En esta tarde que tal vez otro ser
distante por siempre de mi ser,
en otro tiempo, la mirará
con los mismos ojos, con nostalgia.
Esta madreselva que tiembla
acunada por la brisa.
Este, mi sonambulismo, la abulia
que los años me dejan en el rictus
de esta boca tan dolida.
Y acudo a este entierro
de quimeras , solo quimeras,
a esta luna tan desarraigada
que apenas se asoma
y golpea de lleno mi pecho
que se pierde hacia la nada.