Y así la melancolía llegara a casa y tocará mi puerta, con sus tacones altos y llevando sueños, sorprendiendo mis sentidos con un te quiero, abrasara mi cama y entregara un beso. Volare por segundos en el deseo y mi mente harta de tanto festejo cerrara las ventanas y te echará afuera. Después de un tiempo, las hojas de otoño rosaran mis metas, y los días cálidos se extinguirán con el tiempo, y un suave beso tuyo me llevara al cielo.