mario mena mena

\"Tome su cruz”

Segunda y simultánea orden que recibo

apenas voy saliendo con negarme a mi mismo

que entre repaso y haciendo voy tratando de entender

pero me aclara el Maestro que no es por partes,

que todo es junto y a la vez.

 

Se da por hecho y sin duda que estoy negado completo

no queda espacio a la buena intención para luego

y así en medio de la lucha en semejante negación de fondo

se me ordena tomar “mi” cruz y que me la eche al hombro

 

\"Tome su cruz”, me dice, no dice tome la mía ni tampoco la de otro

y entretanto extiendo las manos, la abrazo y la acomodo en mi hombro

me pregunto ¿dónde estaba esta cruz?, ¿no la llevaba antes?

Me parece que esta cruz ya la traía conmigo, antes de seguir al Maestro

 

Estoy claro del punto que significa cargarla, y lo que obliga tenerla

ella es la prueba evidente de que soy un condenado,

que no tengo escapatoria, que voy camino a la muerte

que aunque te siga Jesús, no me eximes de este paso

 

Miro hacia los otros caminos donde van los que no te siguen

y sorprendido confirmo que igual que yo llevan su cruz al hombro

pero van tras una gran sombra, una terrible oscuridad

y ¿de qué sirve llevar una cruz en desobediencia y pecado,

tras una muerte segura, hacia un abismo sin fondo?


Por eso aunque se que mis días tengo contados

que seguirte no me libra de ese momento terrible

siento que es muy diferente caminar hacia el final

siguiendo al que murió pero que venció la muerte

pues tu has declarado que eres la luz del mundo

Mi muerte contigo es la muerte de la Muerte.

 

 

Esa es la diferencia que tienen esas dos cruces

Que en una el hombre obediente se niega

-es decir rompe con el pecado y busca la bondad-

y camina en pos del Maestro, Luz y Esperanza del Hombre.

 

La otra cruz es llevada por quienes le desconocen

dejan que el yo les gobierne y rija su reino de muerte

y como rechaza el llamado camina tinieblas adentro

no teme y parece que no le importa el fin que tiene marcado.

 

Lo dijo el Maestro al principio como punto clave de arranque

el que quiera venir en pos de mi, tres compromisos tiene adelante

negarse, tomar la cruz y seguirle,

sin ellos el “querer” es una palabra vacía.

 

Por eso tomo mi madero propio y camino en mi silencio

no me rebelo ni lamento por ella, ella me pertenece

es mi cruz, es mi sentencia, a mi hora final me acerco

pero voy siguiendo tus pasos, tu palabra y tu ley

convencido que tu me rescatarás de la muerte.