El océano que un día desbordo se está secando.
Y esas piedras que fueron golpeadas por olas indecisas,
van sintiendo nuevamente el tibio calor del sol.
Tu recuerdo ya no son solo lágrimas
si no también parte de una pequeña sonrisa
que se va dibujando con un crayón en las manos de un niño.
Es una sonrisa no muy clara pero que se va notando.
Siento tu presencia en cada momento de mi vida,
te imagino de mi mano dándome fuerzas y coraje
para seguir adelante.
Tu perfume
se va mezclando con los aromas que me rodean
y se transforma en parte de mi.
Te siento en las flores, en los arboles y en el césped
en el que camino con mis pies descalzos.
Nos hemos hecho UNO.
Unidos para siempre.
Donde ire, tu iras.
Serás parte de mí como lo ha sido mi hijo
dentro de mi vientre.
Te amare, te deseare…
por el resto de mis días
Y por el más allá.
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