El se llama Joe,
yo me llamo Kareem.
El es blanco, gordo y rubio,
yo moreno, alto y flaco.
Los dos tenemos doce años
y si alguien nos viera juntos
diría que somos amigos
o compañeros de colegio.
Somos dos niños
pero salvo en esto,
en nada nos parecemos:
El vive en una ciudad,
yo deambulo por la selva.
En su país hay campos de béisbol,
en mi país hay campos de refugiados.
Su familia habita una casa grande,
la mía una fosa común.
El duerme en una cama,
yo duermo en el suelo,
El cuida de su perro,
yo he comido al mío.
El cree en Dios,
yo vivo en el infierno.
Mientras él mira a los pájaros,
yo me escondo de los aviones.
Su gobierno construye parques para él,
su gobierno bombardeó mi aldea.
Él canta con orgullo el himno de su país,
yo piso y quemo su bandera.
El bebe coca- cola,
yo esnifo brown – brown.
El estudia para ser alguien,
yo mato para no ser nadie.
Él juega con su X – Box,
yo empuño un AK-47.
Él es un simple niño,
yo soy un niño soldado.
Él no me conoce,
yo lo conozco por la foto
que guardaba el cadáver de su padre en la cartera.
Trabajaba para la CIA.
Tal vez, a partir de ahora nos parezcamos un poco más.