luisa leston celorio

ESCOGER EL MUERTO

Caminan sin reposo en busca de alimentos,

en busca de paz, en busca de sosiego

para sus mentes y cuerpos.

 

Nunca hallarán consuelo,

pues por un trozo de pan,

por el camino

muchos dejarán sus cuerpos.

 

Madres desconsoladas,

porque a sus hijos atrás han de dejar,

pues para que unos se salven,

a otros, a la muerte han de entregar.

 

Mi mente no concibe

la consternación de una madre

que tenga que escoger

qué hijo se salve o ha de perecer.

 

Sus tragedias no interesan,

pues distraen nuestra  atención

de los festejos y artificios

que al final nos producen desazón.

 

Nos quejamos de la crisis,

nos quejamos con  razón

pero pronto nos olvidamos

de lo que vemos en nuestro alrededor,

pues si cultivásemos el buen juicio

obraríamos con razón.

 

Hablemos de crisis,

hablemos de hambre,

critiquemos la inmoralidad,

pero no olvidemos a estos seres

que amargamente se mueren

mientras despilfarramos sin sentido

los bienes que aún no hemos recogido.

 

Los campos entre maleza se mueren.

Los pueblos se pierden.

Las ciudades se ahogan.

Los males nos inundan,

y como solución ponemos

el vivir apilados

y que sean los impuestos,

de los que viven de un triste salario,

los que nos saquen  del mal trago.

 

Los políticos no cesan de tirarse los trastos,

de pasearse por salones,

con banquetes y agasajos,

viajando con lujos en busca de soluciones,

que no llegarán  porque todos quieren

las suyas implantar

y cuando llegan a un acuerdo

es para echarse a temblar

pues sus  razones no son otras

que denigrar al trabajador.

 

Se gasta en juicios,

y al que delinque no castigan,

pues el dinero siempre se queda

en algún lugar soterrado.

 

Los banqueros no cesan de llorar

para que sus arcas

les volvamos a recargar,

y una vez conseguido

del pueblo se vuelven a olvidar.

 

Los potentes empresarios

se instalan en el Olimpo

mientras a sus obreros

les piden sacrificios.

 

Antes, teníamos “sin papeles”,

y ahora, también tenemos parados.

Cada día somos más sofisticados

poniendo nombres a los desamparados.

 

Aun no siendo esto lo peor,

se mantienen soldados

en guerras fratricidas

que en los pueblos hacen estragos.

 

No se salvan vidas vejadas

donde no hay tesoros ocultos,

donde el hombre no vale nada,

porque sus tierras no tienen buenos frutos,

y allí donde los hay se les tiraniza

para  robar sus productos.

 

La paz se busca a tiros

pues las armas dan buenos beneficios.

Las vidas humanas no valen nada,

porque para salvarlas se necesita caudal

que no dará fruto a los afamados corruptos.

 

Mientras se despilfarra en yates y autos,

hoteles y palacios, joyas y ornamentos

que se lucen sin pudor,

de hambre se mueren los que forzadamente

a sus hijos dejan por el camino  en manos de la  parca,

buscando salvar a otros  que a la muerte

también sucumbirán.

 

¡Viva el despilfarro!

¡Gastemos nuestro dinero en fiestas y petardos

En banquetes y grandes fastos  

para que quede bien claro que de impudor

estamos  muy sobrados!    

 

Autora:eSCAPITINA_  Luisa Lestón Celorio


Registrado: Tomo- CON MI PLUMA EN RISTRER