Sin querer pensarte, te pensé
sin querer verte, te ví
sin querer tenerte, te tuve...
Porque ese pensarte, verte y tenerte
era amarte, poseerte y extrañarte,
es esperar agónicamente tu regreso
es morir lentamente en tu ausencia.
Y entre amores, pasiones y agonías
mi vida se filtra entre la tuya
y mis ruegos se pierden entre un sueño,
para morir de amor por siempre,
para vivir muriendo cada día.