Esta búsqueda tan antigua que nos llevó a encontrarnos
cuando éramos apenas dos ingógnitas, dos seres perdidos
en el tiempo y en el espacio que reparte pájaros.
Ahora quiero llamarte amada y depender de tí
como tantos otros mortales que saben que morirán.
Dos seres junto a eclipses y rupturas, junto al fuego primigenio.
Llenos estamos de rumores y catástrofes y nos buscamos
como deberán buscarse los ángeles en la vastedad del universo.
Y no es necesario preguntarme lo que sientes por mí,
porque no necesito buscar respuestas que luego arrojaré al mar.
Nos amamos y eso nos basta, juntos formamos ya una eternidad
en la que los universos colapsan y nacen estrellas.
Pero, igual que ellas nos espera un fin o un comienzo, da igual.