Recuerdos, sin querer, vienen, volvemos a tempos que ya están lejos. Un ramo de girasoles, te he puesto en tu panteón, porque me acordé cuando íbamos por la carretera para Sanxenxo, después de pasar la frontera, había un campo enorme e comentábamos que tenían gracia al volverse para el sol como si estuvieran mirando un juego de tenis e al caer de la noche se cerraban como si durmieran.
Así, como vida ya no te puedo dar, algo de mi he dejado. Dicen que es bueno regalarlos, es vida, yo pienso que tú ahora tienes otra, en cualquieras sitio, por eso estoy convencida que los coges en tu alma.
Deseaba que pudieras ver lo que pasa, como han cambiado aquellos que ayudamos, mismo contra tu voluntad, pero por mi insistencia.
Deseaba que pudieras mientras duermen llamar su atención al malo que me están haciendo y les enseñaras el camino justo que debían hacer.
Ellos no saben, lo que fuimos uno para el otro, nunca lo sabrán. No es por tener un amigo y compañero que has dejado de ser lo que siempre has sido. Si yo me hubiera marchado primero, todo sería distinto, eras más duro e hacías tu voluntad sin dar satisfacciones a nadie. Al revés yo todo digo, me encojo para no herir a nadie, por eso esta desconfianza que tienen hacía mí.
Tú sabes lo que he sido, nunca quise nada de nadie, nunca anduve quitando informaciones de lo que tenías en bancos. A mí lo han hecho. No perdono nunca más, lo mío es mío, pues he trabajado para ayudar a crecer nuestro patrimonio. Con las manos presas por hilos de una justicia injusta, intentan por todos los medios perjudicarme.
Busco y siempre he buscado en la vida el bueno e dulce adormecer abrazada a alguien que con su calor me dé esperanzas para el día siguiente. Alma con alma, piel con piel, mirada dulce con otra mirada, calor emanado de un cuerpo, sin maldad, solo cariño. Mis dedos nunca paran de acariciar, mismo que no lo sientan, siempre pendiente para no molestar.
La vida es una mezcla inmensa de cosas distintas, raras, sentimientos, cruces de rebeldía y humildad. Por amor se sacrifica todo, para bien de quien amamos. Sin esfuerzo, casi no damos cuenta que lo hacemos. En nombre del amor se miente, se desprecia, se mata, se miente, se finge, solo en su nombre, pues en verdad es en nombre de la codicia, maldad, almas perdidas que ya no tienen ni perdón ni salvación.
No te debías haber ido, pues si estuvieras aquí, seguro que como un ciclón, limpiarías todo. Lo quisiste hacer más que una vez, pero por mi culpa no lo hiciste. Hoy arrepentida, deseo que de donde estés me ayudes a olvidar que ellos existen para mi bien estar.
Girasoles del pasado. Nuevos tiene el presente, yo quiero muchos para tener mucha vida, para compensar lo que no he vivido. ¡Tú lo sabes! Los demás no, como soy e el inmenso poder de aguantar de todo, pues amo la vida, la pasada y la presente, en llanto, en dolor, en ingratitud, yo me agiganto y soy fuerza invencible, por las fuerzas del mal que viven dentro de muchos.
Te echo de menos, siempre me has defendido y me llamabas la atención que era creyente en demasía. Ahora es tarde, mui tarde para cambiar este querer de amar e ser amada por lo que soy e no por lo que tengo para dar muere conmigo.
Compañero de mi vida de tantos años, lo pasamos mal muchas veces, pero algo teníamos que nos unía. Bien en el fondo, sabíamos que éramos distintos, y nos acostumbramos a vivir con nuestra manera tan diferente de sentir.
Del cielo, mándame un girasol que sea para toda mi vida que aún tengo y ayúdame necesito de tu defensa.
Por todo el siempre, te guardaré con amistad en mí.
Oporto 17 de Agosto de 2013
Carminha Nieves