(Dirección General de Ingresos, 1986)
De cargar esta cruz,
de andar este camino,
de pasar por esta calle,
por esta esquina,
por esta casa.
De llamar al viento
lo que no recoge el teléfono,
lo que no envía el telégrafo,
lo que no escuchan tus oídos.
De llevar en mis recuerdos,
momentos que no existen,
direcciones cambiadas,
horas retrasadas.
De escribir lo que tú no lees,
de sentir lo que tú no sientes
de llorar mientras tú ríes
de apretar los puños y golpear sobre la mesa.
Estoy cansado de todo esto.
...Sin embargo, cuando paso por ese camino,
por esa calle, por esa esquina, me siento con vida.
Cuando te llamo al viento,
cuando te recuerdo, cuando te escribo, te sueño;
me parece que estás conmigo y soy feliz.
Estoy cansado voy a dormir.