Eres la luz que rompió
las nieblas invasoras
con tu gemir de mulata
con tu imagén salvadora.
Llegaron casi temblando
Las angustias amorosas
derramadas a tu lado
con la confianza soñadora
Nunca te dije te quiero,
pero mi boca formando
el rictus de un te amo
delató mi consentimiento.
Mi almohada supo el calor
de tu cuerpo florecido
mi amor así entumido
floreció en pleno invierno.
Cuando el manto de estrellas,
voló sobre el universo,
un juego de luces claras
iluminaron tu cuerpo.
Sobre tus sienes ceñías
flores de mis recuerdos
floreciendo las ideas
del amor que aún te tengo.
Guarda tu vida y la mía
en ese cofre secreto
afianzando a tu corazón
porque ya llegó el momento.
de ver tus versos queridos
y los mios de quererlos.
que bien estarán en el nido
de tu cuerpo como recuerdos.