Yo la miro, ella sonríe, la miro
y ella me mira, casi no hablamos,
pasan los días, sólo nos miramos,
en sus ojos brilla el cielo de zafiro.
Yo la miro y por ella deliro,
yo le hablo, sí, le hablo y ambos flotamos,
cuando del mismo aire respiramos,
de su boca salen hondos suspiros.
No sé cuánto tiempo así pasamos,
sólo sé que nuestra vida dio un giro,
pues finalmente amor nos declaramos.
Y aún la miro, así nos enamoramos,
nos miramos, y al verla më inspiro,
y en un beso al verso vida le damos.