A lo largo del recorrido su rostro permanecía inmutable,
Sin satisfacción y sin dolor
de haberlo perdido.
De haber perdido las esperanzas de amar algún día.
En verdad, ¿se dará cuenta de lo que es amar?
Si le preguntas a la soledad, ella no te responderá
Ella no conoce al amor.
Y el amor la recuerda en un aire taciturno y oscuro.
Trata de olvidarla.
Nunca ha podido amar sin ser herido
pobre ese corazón, más duro que el diamante,
más frío que el mismo mármol
La soledad invade su ser y lo embriaga.
Trata de matarlo, pero…
¿¡Qué pasa!? No puede hacerlo,
no es suficiente.
Se necesita más, su voluntad no se quebranta.
En el corazón de este cuerpo crece la solución.
Crece…
¡Amor!
Un amor sublime y dulce…
Dejó de crecer y quedó…
Sin efecto la soledad.
Sin efecto el amor.
El corazón ha dejado de latir y el cuerpo agoniza
Es hora de partir
Es hora de que salga de este hombre.
¡De un hombre que sufrió y amó por igual!