Te acuerdas mi amor de los alegres soles
de las tardecitas otoñales
de nuestra pampa amada
del correr serenisimo del Callvu-Leovu
donde croaban las ranas.
Te acuerdas de los zorzales y jilgueros
que erizaban las plumas de sus cogotes
cuando inundaban el aire
de arpegios que encantaban.
Recuerdas...
cuando las niñas púberes
brincaban y reían contigo
sobre manto de margaritas y tréboles
que cubrian la campiña.
Evoco mi dicha mas sublime
con tus cariños ardientes
entre flores y suspiros
añorando mis momentos mas felices.
Tu piel...el paraiso...mi piel...
y mi deslumbrado corazón.
Que leve era la brisa...
el sol que luminoso...
derramaban mas perfume las flores.
Te acuerdas mi vida de nuestras tardecitas otoñales.
No vuelven a ocurrir las cosas.
Se quedan con los sueños en el reino de la nostalgia.
Tu poco me recuerdas...
a Dios poco le creo.
Languidece con suave añoranza y triste dulzura
la felicidad de antaño.
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juan maría