Después de la tempestad de la vida
después de la agonía, después de la tristeza;
después de la salud, después de la enfermedad,
solo queda la nada, la paz, la pureza.
Quizá pienses que me equivoco,
quizá crees en la vida después de la muerte
quizá crees en la vida eterna
o quizá comprendes lo que digo, si tengo suerte.
Déjame comenzar aclarando lo consiguiente:
No permitas que las mascaradas de la sociedad te engañen
todos tenemos secretos, todos sufrimos, todos lloramos por dentro
todos añoramos y todos deseamos que nos extrañen.
Tal vez creas que parloteo,
creerás que es solo charlatanería de un moribundo
pero piénsalo. Digo, ¿Qué es lo que verdaderamente sabemos?
Si desde que nacimos, hemos muerto con cada segundo
El que comprenda estas líneas, sabe de lo que hablo,
lo ha experimentado. Solo aquel que comprenda
será capaz de visualizar lo que planteo,
Solo esa o esas personas tal vez serán quienes lo entiendan
Después de la tempestad de la vida,
¿Cuál es el propósito de nuestra existencia?
Nacemos destinados a morir,
y algunos viven felices por autocomplacencia
Si no hay un motivo aparente para la vida
me da a pensar que entonces somos libres;
pero, ¿Qué es libertad? ¿En realidad somos libres?
¿Cómo sabes que eres libre? Una pregunta concebible
En conclusión, la muerte vendría siendo un misterio,
la cura de la desesperanza que sentimos con el pasar del tiempo
¿Lo es? Podría decirlo solo por autocomplacencia
Quizá sólo lo digo para justificar este razonamiento
Tal vez, sólo tal vez el problema no es estar vivo;
tal vez, el problema es saber que sin importar que, igual vas a perecer
Toda historia eventualmente termina, es un hecho indiscutible.
Nosotros somos historias que terminan al momento de desaparecer.
Un momento me tomó hacer esta reflexión.
Sólo unas líneas me tomaron redactar este pensamiento.
Pero mucho costará a muchos entenderlo,
pues no cualquiera conoce estos sentimientos.