EL GRITO DEL SECUESTRO
Como un pajarillo
muriendo en invierno,
declinan mis ojos.
Mis largas pestañas
como lanzas se clavan
escarbando en el rostro.
La luz se ha opacado,
no veo el mañana…
quizá no lo haya.
Mi ser está envuelto
en vil telaraña,
que sangra...
que daña.
Inmóvil, proscrito,
sin nombre,
con grito siniestro
que sale de adentro
y el viento se lleva.
Declinan mis ojos
tocando la tierra,
regando con llanto
macabro agujero...
¿será mi morada
el mes venidero?
Es una tortura
que nunca termina.
El futuro es incierto,
el pasado se ha ido,
no tengo presente.
¡Me alivia la muerte!
Felina….Colombia