La luz llenaba mis ojos
y dejaba reflejos.
Solo un tierno sonido musitaba un consuelo
lo percibia incierto, lo percibía lejos.
y no quería venir...sentía miedo.
Comencé a descifrar la verdad que no era mía.
y sentí que el alma se opromía en mi pecho.
¿En dónde hallar la fuente y calmar mis anhelos?
Sobrevivir, entonces. viendo un mundo de ciegos,
de emociones transidas y pecados ajenos.
Del fuego de soberbia que aniquila los sueños.
De palabras que solo llaman a los silencios
y de una fe que clama el poder de lo nuestro.
Yo no quería venir...
pero hoy puedo conocer el amor desde su ausencia
y llamar cada experiencia con verdadero nombre.
Reconocer que la vida es misterio del hombre
y que es algo más que una burda apariencia.
Yo no quería venir...pero mi ser responde