Si fueses a mi casa una noche
te perderías entre el tumulto de los libros,
y talvez me encuentres por ahí
tirado entre unas hojitas con algún verso
Si fueses –quien sabe-
Yo te vería sentado desde el mueble,
me levantaría y te daría el asiento,
o nos daríamos espacio los dos
turnándonos para leer uno de aquellos viejos cuentos.
Prepararía un café para mí;
o para los dos un té, si lo deseas.
Leeríamos cualquier historia
riendo o suspirando entre las hojas de algún libro.
Y si terminamos ¡en buena hora ¡
talvez la luna aclare la noche,
el reloj toque las doce,
y los espacios de mi casa se llenen de inspiración…
-Y si aún estás ahí-
Contemplarías la magia de los sueños,
Se cerrarían las historias ajenas.
Y entre mis ojos y tus ojos
Se escribiría el comienzo de la historia nuestra…
Abiertas mis ventanas
Contemplaríamos el cielo contando las estrellas,
Los dos, aún sobre el mueble.
Mi lápiz quebraría su punta
para ,entrelazadas nuestras manos,
yo escribir versos en tus labios
y con mis dedos acariciando tu rostro
colocaría los puntos y las tiernas comas
dándole sentido a nuestra expresión.
Y talvez entre el frio por la ventana…
Yo pondría un brazo tras tu espalda
y tú un brazo sobre mi pecho.
Y seríamos como un sujeto y un predicado,
ambos abrigados, uno, en una oración.
Y seguiría avanzando la luna
cada vez con menos estrellas que contar.
y tus parpados y mis parpados
se irían serrando.
Nuestros latidos
unísono apaciguando su canto
con nuestras manos entrelazadas
y nuestro ojos, y nuestro labios
escribiendo sobre la noche
entre sueños dichos para inspirar.
Si fueses a mi casa una noche…
Ahí andará el mueble,
mi ventana,
los libros abiertos,
el café o el té,
¿Y el frío o la luna?
Eso no importa.
Solo importas tú y la noche de poesía
Frente a frente
Para escribir poemas,
Para amar…