La llama se fué apagando
y no le importó,
el frío se fué apoderando
de mi corazón,
el sueño se fué esfumando
envuelto en un adios
y me quedé sólo, esperando,
a quien no volvió.
Yo sé bien que el dolor
no es ave viajera,
se queda si hay amor
el tiempo que quiera.
Hay que tener valor
y soportar las penas,
beber no es lo mejor
porque más se recuerda.
Intenté con el alcohol,
rompí las fotos
perdí el control
y nola olvidé.
Ya quemé las cartas
busqué otros brazos
y en otras bocas
nada era igual.
Creí beasarla
sentí tocarla
y en mi locura
más la adoré.
Maldita la hora
en que me hace falta,
así es todo el día
desde que se fué.