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Hoy, desde esa cúpula celeste que me enternece,
se hace urgente unas líneas en su destino,
que alimente un pensamiento
que me trepa entre saltos y brincos;
haciendo un juego en el calendario,
entre días y semanas, horas y minutos…
buscando quizá, la convergencia perfecta de lo que vivo,
entiendo la presencia de un imposible,
pero no por ello dejo de pensarlo,
él, tal vez, hizo maromas en el tiempo
y escarchó hasta las estrellas
o sopló cada una de ellas,
para que una minúscula luz me sonriera
y, entiendo que llegado el momento,
en pleno descubrimiento de lo que presencio,
se me antoja vivirlo como nunca antes…
Es un mañana que quizá no llegará,
que surca los cielos y navega en el tiempo
y hasta encoje la distancia en su verbo
para encontrarse conmigo día a día y con esmero.
Alguien al leerme, seguro sabrá entenderme,
sólo si es libre de prejuicios y estigmatizaciones,
que viva a plenitud de sus emociones
que esté presto siempre a sus sentimientos,
que entienda que hay cosas del sentir humano
que no podemos dejar perder,
porque nos encienden las emociones
y anidan los mágicos sueños,
que despiertos o dormidos, todo es locura
y, es un amarse en ella y con la ternura…
Al final, toda línea se escurre al infinito, eso me han dicho
y prefiero entenderlo así y hacia ese infinito
van siempre los sueños, el deseo y el amor humano
¿o acaso es que hoy he hablado en vano?
Hija del Sol
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