Sabes cuánto te quiero, cuánto te extraño,
que mis ojos te echan de menos, que olvidarte no puedo,
que todo el tiempo te pienso...
Como extraño hoy tu aroma, rozándome los labios,
verte cada vez aferrandote a mis brazos,
buscándole susurros al compás de mis latidos...
Cierro mis ojos y apareces en mis sueños,
siento tus manos en mi piel como si hablasen,
y en susurros me dicen cuánto me deseas,
cuánto me extrañas, que no quieres soltarme...
Extraño verte cerca, extraño tu mirada,
esos tus ojos carceleros mirándome de frente,
tan dulces y aprehensivos; Ay cariño mío,
cariño de mi alma y de mi voz dichosa.
Vuelve... Vuelve que te extraño y mucho más,
mucho más si llueve, vuelve que este invierno
humedece triste mi silencio.
Devuelveme tu risa con alma de noviembre,
y quedate conmigo enredado en mis brazos este invierno.
Quiero abrazar tu cabeza en mi pecho,
acariciar tu cabello y besar tu frente,
y esperar tranquilamente que te atrape el sueño,
y que el tiempo se detenga para siempre...
Tal vez, vuelva pronto tu vino dulce hacia mi boca,
y esa suavidad de tu piel que añoro entre mis dedos...
Vuelve como el mar, con la brisa en tus cabellos,
con el canto de la lluvia, con el sol de medio día,
con la luna que nos presento aquella vez.
Vuelve pricionero y dueño de mis versos,
Vuelve con las ganas... Vuelve con mi vida.