Josefina 46

VOY BUSCANDO LA PAZ

Ya no siento en el alma

la emoción misteriosa

de mirar las estrellas

cada noche silenciosa.

 

Ya el mar con su grandeza

no me inspira una poesía,

ni el cielo azul en él reflejado,

ni mi espíritu vive tranquilo y sosegado.

 

Ya el resplandor del sol

en el ocaso de cada día

no me invita con su bello colorido

a plasmarlo en un lienzo con alegría.

 

 

Yo que siempre viví la gran aventura

de observar la belleza a mi alrededor,

ya no miro la rosa ni cualquier otra flor,

ya el corazón no goza de ilusión y de amor.

 

Y es que tengo el alma

cansada, dolorida y maltrecha

de vivir sin encontrar la calma

amparada en la divina providencia.

 

Y a veces siento mirando el horizonte

que nada empaña el paisaje de esperanza vestido

oyendo el canto de las aves en su armonioso aletear

y el sonido del eco penetrando en mis oídos.

 

Y en la sábana inmensa del espacio infinito

voy buscando la paz que el alma necesita,

escuchando en la mañana el sonido del viento

y que moje el rocío mi ser que se marchita.

 

Fina