Torajiro

¡Que verguenza!

La encontré otra vez...

Otro lugar, otra ciudad,

Pero el viejo mismo sentimiento,

En un tiempo prestado a punto de acabar...

 

Su rostro brillaba con la misma sonrisa,

su voz seguía diciendo las mismas palabras...

 

Palabras dulces, divertidas, sin sentido...

 

La encontré cuando ella iba camino al trabajo,

Pero dijo que no tenia prisa,

Y la acompañe con una sonrisa...

 

Un paseo bajo el frío de la mañana, calentó nuestros corazones.

 

Intenté agarrarla de la mano,

pero no fui capaz de encontrar las razones...

 

Intente no hacerle promesas

Pero ella quería creer en ellas...

 

Aunque al siguiente día,

seguro que se decepcionaría.

 

Mi corazón siempre ha dolido cuando nunca cumplirlas he podido

 

Aun así, siempre lo he intentado...

 

Ambos somos tímidos,

pero eso no nos impidió que nuestras miradas se encontrasen.

 

Que nuestros ojos fijamente se mirarán...

 

El tiempo vuela,

pero en esa habitación se detuvó.

 

Quería decirle tantas cosas…

 

Pero tan solo podía sonreír...

 

¿Por que?

 

¿Qué podía decir alguien que ni una promesa podía cumplir?

 

A pesar de ello,

ella confiaba en mi...

 

Me habló de todas sus ilusiones,

Y yo encontraba consuelo en su mirada.

Incluso cuando me miraba callada.

 

Ella era capaz de hacerme olvidar

Todo este dolor que aprieta mi pecho y no me deja respirar...

 

Pero en este mundo frío y distante

 

Nunca seremos amantes

 

¡¡Que verguenza!!