Enrique Dintrans A.
OH DIOS, ¿QUÉ LOCURA ES ESTA?
Preparada la horca
y las armas listas para
sacar a necrófilo paseo unas balas
sedientas de sangre.
Un ego aterrorizado vocifera y amenaza
aplicar el peso de las hachas
sobre el cuello de los niños.
Se ha propuesto utilizar armamento químico.
Insulta y vomita maldiciones
en el silencio de las noticias.
No es rentable reaccionar
a esta hemorragia egoica y genocida.
Se desató el terror en las calles y ciudades,
y en cada escena las palabras callan.
¿Qué locura es esta
que se apodera del presente?
Los grandes señores, estadistas de la sombra
procuran asegurar estabilidad en los mercados.
Hay inquietud e interés por comprar armas.
¿Acaso no viene la guerra del agua?
Familias destrozadas, almas secas, buscando un agujero.
El ego continúa maldiciendo aún más allá
de su pomposa diarrea autocomplaciente.
Nada le hará retroceder en su magna estupidez.
El poder le ofrece una visión narcotizada y trágica.
¿Por qué a él le fue asignada esta \"grandeza\"?
Un dolor gigante agoniza, casi avergonzado.
Los barcos de refugiados revientan frente a los puertos.
Son miles cientos de miles y millones
arrastrando el hambre y la muerte.
Oh Dios, qué locura es esta
¿Acaso no bastaba con compartir el pan?
¡Venga a nosotros tu reino
y brille tu corazón en el rostro de la tierra!
¡Oh, Pan, ven y multiplica tus migajas de misericordia!
E.D.A