En una celda inhospita vacía e insolitaria
Cautivo y preso mi corazon terminaría
¡Quien imaginaría que terminaría prisionero!
Fue un pecado amarte corazon traicionero,
El delirio de mis días en verano llorará
A un alma sonriente mi corazon amará
Pagaré las penas de tus labios melosos
Llorará mi soltería en llanto y sollosos
Aun mi uniforme de preso cargan mis hombros,
Anochece despacio y mi soledad hecha escombros;
Es el sonrojo de mis mejillas enamoradas,
Es el color del amor brillando en primaveras.
Pecado amarte, pecado pensarte; dirían mis labios
Quizas no fue un error mi corazon preso de nervios,
Quizas tu baston de reina sentencia a mi corazón,
Me excluya el murmullo y pierda la razón
¡Que seas tu la juez de mi sentencia!
Perderé mi libertad para amar a tu inocencia.
Una mirada fija solo para la dueña de mi amor,
Latidos intensos me llenaron de calor,
Esta libertad de andar y merodear
Como colibrí entre las flores no deja de saborear,
He corregido a mis latidos; son fieles a tus días,
No mas mentiras ni fantasías vacías.
Entre cadenas y rejas me llevas
Metido en tus encantos; me dejas,
La aurora amanecida acarician mis días
Por las mañanas mis pupilas inquietas
Admiradas ante el vestijio solar,
Desean mirarte para poderte besar.
El esquivo silencio me ha incitado a hablar,
Mi historia de amor, la quiero contar,
Gritarle al viento, callar la melodía del mar,
Dejar de mirar atras y así poderte amar,
Mis años, quizá solos, jamas me lastimaran en dolor,
Viviré por ti como prisionero del amor.