(Managua, enero, 1978)
Toco con mis propias manos aquellas cosas que en tus manos tuviste
siento el perfume de tu presencia que penetra mis sentidos
y me dice “Te quiero”
a lo lejos, lejos al infinito se pierde mi alma
y en la oscuridad pienso en ti.
Pienso en todo lo que llenaba mi vida, tu sonrisa, tus ojos, tu cara, tú.
¿Recuerdas pequeña, ¡¿ Cuánto nos amamos, nos quisimos, nos adoramos?
Sin embargo todo terminó, poco a poco el tiempo fue Separando nuestras vidas
hasta hacerlas opuestas.
Unidos como el cielo y la mar estuvimos por un horizonte perdido.
¡Qué banal y distinto me parece todo si no estás conmigo!
...Todo terminó...
Pequeña, me pregunto si todo podría ser como antes,
¿Y que ese pasado se hiciese presente, y cerrar el libro del tiempo...
y retroceder y hacer del pasado el ahora?
Pero ¿cómo, cómo si todo parece imposible?
Si tal pareciera que el destino se haya empeñado en sellar nuestras hojas de su libro.
¿Pero por qué, por qué todo terminó?
¿Por qué si construimos una inmensa torre, todo se tenía que derrumbar?
¿Es que acaso nadie puede llegar a alcanzar la cumbre?
Es que acaso el destino al ver que éramos tan felices,
¿Tuvo celos de nuestro amor y lo cortó desde sus raíces?
Es que todo se ve tan claro, siendo para los dos tan confuso.
Y es que ayer fuimos tan felices y hoy estamos tristes.
Y es que nuestro ayer lo fue todo y nuestro presente no es nada.
Y es que nuestras almas estaban llenas de vida y hoy se encuentran vacías.
¿Recuerdas que querías ser mi amante?
¿Que teníamos un futuro por delante?
Un futuro alentador,
Hoy un presente de dolor.
y mis manos no pueden darte el calor del verdadero amor que necesitas.
¿Pero por qué te congelas en una habitación fría y obscura?
Si solo necesitas decir una palabra y yo estaré junto a ti y tú estarás junto a mí.
Pero la vanidad no te permite corresponderme.
¿Cómo podré esperar con ansias el mañana?
Si el mañana no existe, porque las esperanzas han muerto,
Lo bello ha muerto.
Ha muerto nuestro amor
Ligia, ha muerto nuestro amor.