Cuando yo muera
no quiero una lapida
no quiero tierra
porque tierra soy.
No quiero una lágrima
porque en vida he dado
muchas por maldad
y otras por haber amado.
Quiero ser cremado
para regar mis cenizas
que vuelen hacia el cielo
mi espíritu y mi alma.
Quiero que cuando
me haya marchado
descansen esos corazones
que haya destrozado.
Y aquellos amores que dejo
no olviden que siempre
les ame de cerca y de lejos.
Quiero pues mi muerte
sea solo un festejo
de una gran vida
que Dios me ha dado.
Autor: Octavio De la Cruz Rios.