Luis G Rebolledo

A SOLAS.

     Fue tu llamado el que me devolvió  la vida como el rio que se entra  al mar arrastrando los mágicos encantos, cuando solo era una sombra vagando sin espíritu  ni  alma, apareciste mi ruiseñor con tu suave canto  y me hiciste sentir como en un cuento   de hadas, donde eres mi princesa angelical que me envuelve con sus aires de pasión.

    Calmando mis tormentos acompañadas de guardianes de la infancia que sale y se esconde en secretos de los caracolas hasta no poder callar el grito sensible de sus penas, a la media noche te busco entre mis sabanas  otoñales y húmedas y no está tu rostro desnudo   frente al mío, solo queda el vacío de imaginaciones recordando a la doncella para que     toque con su varita de   oro y me regrese a la vida.

    Por qué la presencia es melodía?  Cuando se hunde en una nube  de hechizo con voces adormecidas por eso tiempos que te piden tregua para que no lo dejes morir, ya que es inmortal.

Luigy