Se pasaba recogiendo piedras del río
Para ponerlas en las coplas con su guitarra
Su voz salió de su vientre de fuego y frío
Su canto quebró el silencio de la mañana
La entiendo perfectamente porque yo vivo
Recogiendo siempre piedras con la esperanza
De descifrar los misterios de tantos siglos
Y conocer el secreto de las montañas.
Desgraciadamente las piedras de los ríos
Están cada día mas tristes y desoladas
A quien le importa que un sauce sea hoy un espino
Que no canten ni las piedras de las quebradas
Para mi decir su nombre es algo divino
Cantarlo en alguna copla con mi guitarra
Vaya mi homenaje a ella y yo lo recibo
Juglar de la vida como Violeta Parra
Vivió en la pobreza
Le cantó a la belleza
No necesitó riqueza
Para hacer esta proeza
Esta singular princesa
Que arroja sobre la mesa
Con mucha delicadeza
Migas de pan