La Luna está colgada del álamo
y tiene racimos de sonrisas
en su cara de nácar
mientras velo el reposo de mis niños
que sueñan con los goles
que haran mañana
bebiendose las brisas.
El Sol ansioso anhela
el regreso con sus ojos de fuego
para alumbrar a la tarde
y darle luz y vida al pasto verde.
Verde pasto donde corra la pelota
entre dos muchachos
que juegan con mi alma embobada.
Yo soy el que los está mirando...
yo soy el que los ama...
y soy el que tiene en la galera
para darles
mil conejos con las orejas paradas.
Que vengan de la imaginación
míticos duendes de la eternidad
y ángeles de algun cielo
a jugar a la pelota...
con dos muchachos sonrientes.
Que vengan tambien ternuras
y nubes de plata a consolarme.,.
estoy llorando de felicidad...
Papa
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juan maria