Sin contarte a ti lo tengo todo
para vivir sin mayor problema,
justo como se podría contar
empezando por el dos
sin que por ello a nadie
le faltara el aire
o la sangre en las venas.
Así como hay gente sin ojos,
sin brazos, sin piernas;
edificios sin piso trece
y noches sin luna llena,
yo podría existir sin ti
y morir en paz, sin mayor pena.
Pero te cuento
y el uno existe
y puedo verte
-gracias, Dios-
y abrazarte
y caminar hacia ti
sin superstición alguna
ni amores menguantes
ni dudas crecientes,
con certezas nuevas
e ilusiones llenas.
Y si tú cuentas conmigo
y ambos nos contamos
y el amor nos cuenta
el infinito nos esperará desde ahora
y cada vez más cerca.
JCEM