Hugo Emilio Ocanto

No tengas en cuenta cómo me despido (Poema)Grabado

Buen día amor, ¿qué hora es?

¡ya las ocho! no puede ser...

Voy a llegar tarde para hacer

negocio con el matrimonio

que quedó en comprar el departamento...

no, no hago tiempo a tomar nada...

tú también te has quedado dormida...

pero si yo...mira, lo había colocado

para que sonara a las siete,

y no levanté la perilla...

¡no mujer, no hago tiempo...!

tomaré algo después...

me cambio volando...

de todas maneras ellos viven de rentas,

y no trabajan, pero no puedo fallarles

con el horario prometido.

Sabes que me gusta ser puntual...

al mediodía vuelvo. Hasta luego...

............

Cómo pasan las horas...

vengo tan contento...

no tuve problema por mi tardanza.

La esposa todavía no se había levantado.

Mientras esperaba bajara,

el esposo me invitó a desayunar con él,

enseguida  apareció la esposa

y terminamos desayunando los tres.

Gente macanuda. Un poroto más

que me he anotado en la inmobiliaria...

Qué seria estás... me imagino  no

se te habrá quemado la comida...

No, tonta, ha sido un chiste nomás...

te lo dije para que te enojaras

o para que te sonrieras,

y no he logrado ninguna de las dos cosas.

¿Tienes algún problema?

Muy simple, te lo pregunto

porque tu cara delata preocupación...

¿debido a qué esa cara de velatorio?

..........

¡Otra vez con lo mismo, querida!

No tengas en cuenta cómo me despido.

Soy distraído, lo sabes,

aparte de eso, se me hacía tarde...

salí a la disparada y...

tienes razón, llegué y tampoco te he dado un beso.

Pero todavía puedo hacerlo...

Pero,¿cómo?, ahora me lo rechazas...

quedaste disgustada, lo entiendo...

pero también me tienes que entender a mí...

ya sé que no es la primera vez,

y a lo mejor no sea la última.

Pero no por eso dejo de quererte,

y tú tampoco tienes que hacerlo...

Démonos el beso del reencuentro y de la paz...

no te pongas así...

hay cosas más importantes que un beso de despedida.

Salir a la calle y ganarse unos mangos...

no salgo a vaguear por ahí,

salgo a trabajar...

Tienes razón, anoche me quedé dormido leyendo...

querida, estaba muy cansado,

trabajé duro todo el día.

Dentro de una semana me tomo unos días de vacaciones,

y te prometo te los he de dedicar

a ti las veinticuatro horas...

mientras no te canses de mi presencia...

Sí, amor, tendrás algo más que este bulto humano...

No seas mal hablada, lo del bulto lo dije por mi cuerpo...

y al que tú te refieres, también estará presente,

más seguido, todos los días, te lo prometo...

¿y qué pasa con el beso?

¿ me lo dejas dar... o estoy en penitencia?

¿no me dejas?

Está bien, te traía un regalo,

y ahora no te lo doy...

Ahhh...curiosa la señora...

es algo que tengo guardado y cubierto para usted.

así me gusta... que me hayas dado el beso

que no te dí ni de salida ni al llegar...

¿que cuál es el regalo?...adivina...

no, no... ni remotamente te acercas a lo que es...

pero si quieres salir de dudas,

voy a pedirte que pongas tu mano en mi bolsillo...

¿cuál?...diría que el izquierdo,

pero tienes que poner la mano

muy despacito, como acariciándome la gamba...

así, vas muy bien, pero muy bien...

¡qué lindo! ¿lo encontraste?

¿Y, qué tal, te gusta mi regalo?

espera, me bajo el pantalón y te lo regalo...

es tuyo, siempre tuyo...

recuerda que no tengas en cuenta cómo me despido...

ya te lo doy, mamita...

¡cómo está el loco... enloquecido!...

Todos los derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 26/08/2013)