Hoy he pasado ante ti
linda y lozana muchacha,
manto cubierto de escarcha
y labios rojo carmesí.
Aún no creo lo que vi,
la niña mas pizpireta,
mas presumida y coqueta
del vergel de mi jardín.
Hoy me arrodillo ante ti
por ser fresca y primorosa,
tu semblante juvenil,
por tu presencia mimosa.
Deja que por un momento
te acurruque en mi regazo,
que te prodigue un abrazo
hasta quedar sin aliento.
Hoy ya pude percibir
en una brizna de viento
el perfume de tu aliento,
mi rosa, rosa de abril.