Porque tuve que verte,
si mi mar ya estaba tranquilo.
Ya no recordaba el latido,
que me provocaba tu presencia.
Porque tuviste que soplar las cenizas
despertando la llama casi extinta,
levantando de nuevo la cortina
que iluminaba mis mañanas,
porque te tuve que ver.
El tiempo casi habia sanado la herida,
hacía ya algun momento desde tu partida,
pero la cicatriz de nuevo sangró.
Humectandose mis ojos
mi corazon te quiso hablar,
pero la dignidad me cubrió la boca,
el pequeño instante bastó
para desatar el recuerdo tuyo,
en total confusión cayeron
mis planes de una nueva vida,
y cuando porfín veía la luz despues del túnel,
el sufrir me acarició y tu con él,
Porque te tuve que ver,
Porque tuve que verte.