Presiento no sentir
que alguna vez fui todo lo que no pude.
Como una visión:
la ropa ancha
el libro erótico
el optimismo
cualquier abismo
o edén
quedan en la mesita de noche.
Y en un cajón
guardo vicios
en contraparte
a todas las virtudes
que me faltan.
Mientras que el otro cajón
vacío
no tiene más función
que recordar
a la ausencia que me embarga
la desgracia que se siente
ser producto del olvido.