Te amo desde mi libertad, desde la sublime esencia de mi vuelo.
Te amo y en mi volar, me gusta verte volar.
Me gusta ver como elevas tu rostro al viento,
como extiendes tus alas y enseñas tu vigoroso pecho!
Y entonces, cuando mis alas recogen el poderoso viento,
tu vuelo se impulsa para elevarte más y más...
Luego, en el descanso, nos encontramos cobijándonos al abrigo de las alas;
esas alas que ayer fueron fuego y hoy son sociego.