Bled

Del teorema antropomorfo

Adecuado al tiempo y a la risa del sarcasmo, entre las mansiones de piedras draconianas.

A la peste en la garganta le hice un nudo al pecho con las maravillas del que inhala desamor.

 

Se han cruzado ya las piernas, se ha condensado la piel.

No he perdido mis lumbreras como se siembra en el cielo.

Apartando al sol marino que descuartizó mis pies.

La secuela se extendió, impregnó troncos y arcadas del que un día me rescató.

 

Anomalía introspectiva a los pétalos raptados.

El señor alud sigue aferrado a tus jardínes.

 

Dentro de los desiertos arrasados por románticas tragedias pisoteas la espalda vítrea del teorema antropomorfo.

He absorbido catapultas que pudieron asecharte.
Y las cabras se me fueron directo a tu entierro.