Clamor de beso cumplí con desesperación,
te acurruco en mí dándote calor de verano,
con leve caricia di tibieza de mi mano
y en beso febril quedamos sin respiración.
Tu cuerpo reposado insinúo otra intención,
pude escuchar a tu alma pidiendo amor arcano,
mis manos te acarician como a teclas de piano
y fue cuando nos abrasó la febril pasión.
En momento fuimos uno fundido en mil besos
las sabana se hizo maraña en fastuoso lecho.
Nos amamos una y otra vez hasta en excesos,
después en calma te reposé sobre mi pecho.
Contagio de locura me provoca estos versos,
lejos del hecho, bate paria mirando el techo.
El señor de los fierros
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El deseo de cohabitar con una mujer es más intenso cuando se está solo que cuando se yace con ella…