Peregrina

AH, MI TAZA DE CAFÉ

 

Ah, mi taza de café,

me alegra el corazón!

Me ayuda a razonar mejor

pues me aclara el pensamiento.

 

Sí, mi taza de café

la disfruto a gran placer,

con ese aroma que siempre incita

a la conversación.

 

Oh! Mi taza de café

recuerdos me trae del ayer

con ánimo de revivir

vivencias que no han de volver.

 

Darse el gusto de un café

con su exquisito y amargo sabor

a la charla le da el toque

compartiendo el corazón.

 

Sea el expresso o americano,

el con leche o el vienés,

son delicia que se impone,

y trasciende el gusto cada vez.

 

Con su ayuda el mundo arreglamos,

y cuánto sirve para dirimir

a veces las diferencias

que hay en el cotidiano vivir.

 

Pretexto para volver a ver

a quien mucho nos agrada,

y a veces para decir adiós

a quien tanto nos enfada.

 

Oh! La taza de café...

cuánto cargas en tu espalda;

todo lo que has podido oír y ver

mientras brindas tus agrados.