A ver si nos entendemos:
¿Vendrá usted a visitarme
con riesgo de contagiarme
y a introducirse en mi sueño
ardiendo como arde un leño?
No. Y ni piense en abrazarme.
Atienda lo que le digo:
Vuelva otra vez al doctor.
cuando se sienta mejor,
que no tenga tanto moco
y se le pase el sofoco,
entonces, venga mi amor.
Y yo quiero que comprenda,
mi sueño es muy delicado,
romántico, apasionado,
y aunque tengo la vacuna
no vaya a ocurrir que de una
de pronto esté contagiado.
Vea como son las cosas:
Siempre la estoy esperando,
pero si anda moqueando
y tosiendo a cada rato,
me quedo con su retrato
aunque la siga extrañando.
Por ahora le propongo
(Y sin ser muy testarudo
ni por parecer más rudo):
Sánese de ese resfrío
y regrese al sueño mío
sin siquiera un estornudo.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(Foto de la web)